Iguana encriptada

Antes de irse, mi papá y mi hermano me repitieron hasta el cansancio que era de suma importancia que nadie más se enterara; que en el desafortunado caso de que llegara a los oídos de alguien más era indispensable disipar toda sospecha evadiendo preguntas comprometedoras con respuestas ambiguas e insinuaciones tramposas con heroicos silencios. Recalcaron era primordial que el código permaneciera bajo celoso salvaguardo.