Estaba, me parece que, en Grecia, las casas eran blancas y cuadradas y el pueblo estaba lleno de escalones. Yo estaba morrita, habré tenido como catorce años.
Entraba en una de estas casas blancas y cuadradas y dentro había dos niños chiquitos con los que me ponía a jugar a la pelota, hasta que aparecía la mamá de los niños; una señora súper guapa que me tiraba el pedo. A mí me gustaba.
Anónimo