Frida S.R. Abarca (Frida (Berkanas))

Instagram de Frida Berkanas

Frida es una bruja de alborotados cabellos naranjas que perpetuamente se trae entre manos restos de pintura y alguna que otra travesura. Sus pócimas mágicas están hechas de palabras sagaces, dibujos expresivos y recortes filosos. Vuela en una escoba que no obedece más que a su capricho y a su voluntad, porque ¿qué otra cosa hay que hacer con la vida sino por los aires volar?

Frida es la menor de tres hermanos: tiene un hermano varón siete años mayor y una hermana catorce años mayor que ella (como buena bruja, puros números mágicos: 3,7,14); y de niña, igual que a mí, la asaltaban preguntas como: ¿por qué yo no puedo jugar con la pelota? ¿por qué no me puedo ensuciar como mi hermano? ¿Por qué hay juegos diferentes para niños y para niñas? ¿Por qué las niñas tenemos que siempre vernos frágiles y delicadas? Y esas interrogativas se han transformado con los años en una cuestión de suma importancia para el enfoque artístico de Frida: ¿Qué es ser mujer? Y en particular: ¿Qué es ser mujer en México hoy en día?

Apenas para este reciente Día de Muertos 2019, Frida colaboró con un grupo de mujeres súper creativas del emblemático pueblo de Mixquic, en el montaje y producción de un altar dedicado a la memoria de mujeres desaparecidas y asesinadas por la violencia de género.  

“Cuando acabé la carrera de Artes [en la ENAP] y ganó Peña Nieto la presidencia, entré en una crisis existencial y me metí a estudiar Derecho.” Si bien la nueva carrera no la satisfizo del todo, el ingresar a la UNAM, es por sí mismo, siempre un buen motivo para errar de profesión. Aquí se encontró con la posibilidad de conocer nuevos universos a los que anteriormente, en su educación básica y media superior, en una escuela convencional y clase mediera, no había tenido acceso. También en esto me identifiqué con Frida, con quien me reuní por primera ocasión, precisamente en el Centro Cultural Universitario de la UNAM.

Mientras nos comíamos un guacamole con chapulines en el venido a más caro y a menos rico restaurante Azul y Oro, se nos fueron las horas gozosamente platicando sobre los sueños, sobre la femineidad, sobre la familia y otros muchos temas, como si nos hubiéramos conocido desde siempre. 

Frida, afortunadamente para todos, retomó su camino en la vida. Hoy en día tiene una Maestría en Artes por la UNAM; llena libretas con sus fabulosas y revoltosas ideas en forma de surtido sabroso de dibujos, letras y fotos y, a estas alturas, la familia de Frida ya se hizo a la idea y asimiló el hecho de que Frida simplemente no puede evitarlo: a la menor provocación, ésta asalta los álbumes familiares para tomar de ellos, prestados (sin v de vuelta), alguna foto o algún fragmento de ellas, para aplicarlo en sus obras. Tal es el caso del recorte de la niña Frida, que fijado sobre un calzón utilizó para ilustrar el agridulce sueño de De Gira.

Ver su colaboración con En Sueño aquí:

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