Mosqui(e)tero

Se abrió la puerta y entró un zancudo, era grande. Venía justo contra mí, sentí la necesidad de defenderme, entonces intenté matarlo con las palmas. Tenía que hacerlo, si no él me mataría a mí. De un segundo a otro, mis manos estaba llenas de sangre, goteaban. Pensé que me había hecho daño, pero entre tanta sangre vi al zancudo muerto infinitamente más chiquito que como lo había visto entrar. Me sentí triste pero a salvo

Karina Ávalos: Leo, cantante, actriz y directora de una escuela de comedia musical. 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s