Soñé que una noche tu hermano y yo nos bajábamos de un autobús en una ciudad que daba al mar. Él tenía mucha prisa por llegar, yo no sabía a dónde. En el camino nos encontrábamos contigo. Caminábamos juntos hasta llegar a una alberca donde tus papás los esperaban. Habían muchas muchas ranas; creo que por eso se me quedó grabado. Estaban ahí los cuatro sentados con los pies metidos en el agua, entre ranas y renacuajos, platicando y viendo la luna.
L.